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Nefropatía diabética: una alteración microvascular

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Dra. Paula Ebner. Nefróloga, Investigadora principal de estudios clínicos de nefropatía en CeCim

La última Encuesta Nacional de Salud (2017), indica que el 12,3% de la población chilena  presenta  diabetes  Mellitus.  “Ya sea producto de falta de controles por la pandemia  o  porque  no  existen síntomas  decidores  en un comienzo, cuando se realiza  el  diagnóstico  de diabetes  ya   han transcurridos más  de 10 años  de evolución de  la  enfermedad”,  comenta la Dra.  Paula Ebner, nefróloga  e Investigadora   Principal   de   estudios   de   nefropatía   diabética  en  CeCim.

Por eso, los controles médicos periódicos son muy importantes, sobre todo si es que  existen  antecedentes  familiares  de  diabetes  o  se  sospecha  por  algún
síntoma  importante  como  falta  de  energía,  sed  excesiva, necesidad de orinar frecuentemente  o,  pérdida de  peso  sin  causa  aparente.

Complicaciones de la diabetes

Las  complicaciones  de  la  diabetes  se  desarrollan  de  manera  gradual y cuanto menos controlado esté el nivel de azúcar en sangre, mayor riesgo de complicaciones existe. La retinopatía, neuropatía y nefropatía son algunas de
las alteraciones microvasculares causadas por la diabetes.

En Chile, la nefropatía ocurre entre el 20% y 40% de los pacientes con diabetes. “El signo  clínico  inicial  de nefropatía  diabética es la  presencia  de bajos niveles de albúmina en orina de forma persistente, lo que se conoce como microalbuminuria o excreción de albúmina (proteínas)”, explica la especialista.

Después  de  10  a  15 años  de  evolución  de la diabetes, se comienza a eliminar proteína por la orina (proteinuria), un indicador importante  de  que  existe  un compromiso renal. Y es que “cada riñón está compuesto por millones de nefronas, las que junto con filtrar la sangre ayudan a eliminar los desechos del cuerpo y el exceso de líquidos. Los altos niveles de azúcar en la sangre, causados por la diabetes, dañan los vasos sanguíneos de los riñones y las nefronas, provocando la nefropatía”, dice la doctora.

Es  por  esto  que  las  personas  con  diabetes  presentan un agrandamiento del glomérulo, dada la relajación de las  arteriolas  aferentes  (aportan  sangre  a  los glomérulos) en comparación a las eferentes (que la eliminan). “Esto produce un aumento del flujo sanguíneo a través del capilar glomerular, elevando la presión arterial. Cuando estas  condiciones  se  mantienen  en  el  tiempo  producen  una hipertrofia  glomerular, lo que causa ciertas alteraciones  que  contribuyen  al desarrollo o progresión de la enfermedad”, advierte la especialista.

Clasificación de la nefropatía diabética

La nefropatía diabética se clasifica en etapas:

I y II  se  producen entre los 5 y 10 años de evolución de la diabetes mellitus, “en este  estadio  se  puede  observar  un  aumento  de  la  filtración  glomerular  e hipertrofia renal, también se puede elevar un poco la tensión arterial. Sin embargo, en esta etapa con un ajuste en el estilo de vida, cambios en la alimentación y  la correcta adherencia al tratamiento puede existir una buena respuesta del control glucémico,  con  lo  que  el  daño  renal  no  avanza”,  destaca  la  Dra. Ebner.

23.459  pacientes
en hemodiálisis crónica en Chile *

Las etapas III y IV se pueden presentar después de 10 a 15 años de evolución de la  diabetes  mellitus,  “la  hipertensión  se  establece,  se produce daño cardiovascular, retinopatías. Desde el punto de vista renal existe una disminución de la filtración  glomerular  y  proteinuria”,  explica  la  especialista  y  agrega que un porcentaje importante de estos pacientes con insuficiencia renal crónica (etapa V) necesitan del apoyo de diálisis, hemodiálisis o directamente un trasplante renal.

Si bien la nefropatía es irreversible, mientras sea detectada en las primeras etapas el manejo  del  avance  de  la  enfermedad  tendrá  mejores  resultados.  “Es fundamental  que  un  paciente  diabético  asista  a  sus  controles  médicos programados, mantenga un buen manejo de sus glicemias junto a la realización de actividad física a diario; tenga el control de hipertensión y su peso sea el adecuado, lo que permitirá el cuidado de su riñón” recalca la especialista.

(*) Estimaciones realizadas según número de centros de diálisis y pacientes en hemodiálisis, según lo reportado en “Encuesta – Cuenta XXXIX Hemodiálisis”, publicada por el doctor Hugo Poblete, agosto de 2019.

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